lunes, 10 de marzo de 2014

Lunes 10 de marzo: Un día mediático

Me levanto esta mañana y por fin ya soy consciente de que es un nuevo día, lunes 10 de marzo. Bajo a desayunar después de darme una ducha calentita, porque sino el cuerpo no reacciona ante el frío de la Patagonia. 

Mientras me tomo el café – tengo que decir que soy una amante del café y que el de España es bastante mejor – está la televisión encendida con las noticias de la CHV (la televisión chilena). De golpe oigo: “El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, aterrizó esta mañana (…)”, parece mentira que aún en otro continente vea por televisión lo mismo que en España. El tema que está a la orden del día aquí es el cambio de gobierno. Sebastián Piñeiras, centro derecha, abandonará mañana la presidencia y deja el paso a Michelle Bachellet, quién vuelve a presidir Chile de nuevo.




Nos vamos al Instituto Nacional Antártico Chileno (INACH), dónde por cierto tienen la foto de Piñeiras por último día. Y una vez allí se efectúa la Rueda de prensa en la que respondemos algunas preguntas sobre nuestra aventura antártica, y explicamos los objetivos y propósitos de la expedición.




A continuación, tengo el placer de entrevistar a Ricardo Jaña, uno de los tres chilenos que junto a otros 7 españoles se lanzó con el Proyecto San Telmo hispanochileno en el año 93-94. Ricardo en la entrevista me confiesa que está seguro de que el navío español, San Telmo, se encuentra en tierra antártica. Lo que supondría que fuimos los españoles los primeros en descubrir el continente. 





Jaña, junto a los otros 9 investigadores, encontraron restos de madera, harapos, calzado, huesos de animales y señales de fuego/hogueras. “Pasamos el barómetro por encima pero no encontramos nada de metal y se suspendió la búsqueda”, dice. Aún así, cree firmemente que dichos restos pertenecen al San Telmo.









Finalizada la entrevista nos vamos a comer a Sangre de Toro, donde nos sentamos pero no paramos de hablar de lo que nos queda por hacer el resto del día, y en mi caso, de escribir. 




Acabamos de comer y nos vamos a La Prensa Austral, un diario local de Punta Arenas. De camino en el coche, me llama la atención unos palacetes que hay en medio de las humildes y pintorescas casas refabricadas chilenas. Nos comentan que en Punta Arenas hay muchos palacios y mansiones que pertenecían a familias inglesas y polacas de principios del siglo XX, finales del XIX. En aquél entonces el Cabo de Hornos (Estrecho de Magallanes) era la única ruta de tráfico de mercancías. Por lo que grandes empresarios y mercantes construyen sus palacios buscando oportunidad de negocio. No obstante, estos abandonan sus ‘humildes moradas’ cuando se abre la ruta de el Canal de Panamá, haciendo de estos palacetes y mansiones, museos o escuelas. 




Llegamos a La Prensa Austral, donde Claudia nos da un paseo por la rotativa. Ese fue el único momento que desconecté de la Antártida y el San Telmo, al fin y al cabo estoy tremendamente enamorada de mi vocación y casi profesión. 

Nos explican que, a diferencia de España donde hay una sola máquina para todos los colores, aquí en Chile hay cuatro máquinas para imprimir el color: negro, amarillo, magenta y cian.



Así como el papel, que nos han dejado examinarlo con una lupa. Un papel que está formado por mini partículas cuadras y es un poco más grueso que el nuestro. 




También hemos conocido al director del diario, Francisco Karelovic Car.



Una vuelta entera por la redacción: impresión, rotativa, papel, maquetación, y redacción. Yo habría alargado la visita pero nos tocaba contestar las preguntas para la nota de prensa. El periodista chileno – muy agradable por cierto, como todos los chilenos debo añadir – nos preguntó a mi y al otro premiado, Enrique, por nuestros objetivos y propósitos del viaje. 



Como dice el título de la entrada, es un día mediático. Apartamos la aventura y emociones por un día para abrir paso a los medios de comunicación. 

Pero ya vuelvo al tema importante: La Antártida. Nos reunimos con los militares de la Fuerzas Armadas Brasileñas (FAB), quienes nos informan que mañana a las 8h de la mañana, partimos al continente helado.



Nos vamos corriendo al supermercado a comprar comida para el viaje, pues en la Antártida las bases – dónde nos alojaremos – sólo tienen comida para desayunar, comer y cenar, nada de picar a deshoras. De camino, en el coche, miro hacia arriba y me llama la atención la cantidad de cables que hay sobrevolando Punta Arenas. Cables de TV, luz, teléfono…. Sin ningún tipo de orden, como Barcelona hace 40 años.



No obstante, esto no quiere decir que Punta Arenas sea un lugar pobre, porque no lo es. La vida aquí no es barata, incluso es más caro que Santiago. Porque aquí todo llega con mucha dificultar. Por otra parte, están construyendo sin parar supermercados y grandes edificios a las afueras de la ciudad. Hecho que evidencia que la economía está en auge. Ningún estudio de mercado construye sin un buen fondo financiero. Aún así, llama la atención la construcción de las casas en altura, para prevenir en caso de inundaciones y/o tsunamis. De hecho, toda la ciudad está señalizada con carteles de “Peligro de Tsunami”, y “Vías de Evacuación por Tsunami”.



Ya en el supermercado compramos lo básico para picotear algo cuando nos coja el hambre, así como tres botellas de vino y una de vodka, como obsequio para los científicos y militares que nos acogen en la base. Una compra de supervivencia un poco extraña. 





De camino a nuestro alojamiento, se nos abalanzan 3 perros con el coche en marcha. Miguel Ángel consigue esquivarlos. La ciudad de Punta Arenas tiene la población dividida entre un 60% chilenos y un 40% perros callejeros campando a sus anchas. Perros que muerden, roban y se abalanzan a los coches en marcha. Los chilenos se quejan a la Alcaldía y Administración, pero estos no pueden hacer nada aunque quieran. Pues las protectoras de animales están al pié del cañón para evitar que se les maten o encierren en perreras. Si no fuesen callejeros y un poco salvajes no creo que hubiese problema, pues son casi todo perros preciosos, razas grandes y pedigríes.




Para finalizar el día, nos vamos a un restaurante a comer la típica parrillada de carne Chilena. Risa floja y escalofríos delatan nuestros inevitables nervios, estamos a unas horas de partir hacia La Antártida.





Chocolate con leche y a dormir. Que mañana es el gran día.







PD: Hoy he vuelto a pasar por la estatua de Magallanes de tierra del fuego, a ver si tengo doblemente suerte. Foto con perro callejero incluido, por supuesto. 





A.A.G.G.

4 comentarios:

  1. Recuerdo haber visto los palacetes que cuentas, en mi primer viaje a Punta Arenas, hace más de 20 años. Había uno muy céntrico, abandonado, que había pertenecido a un portugués Jose Nogueira que vivió en él con su joven y bella esposa de origen baltico. Braun creo que se llamaba.
    En otro viaje, muchos años después, el edificio había sido restaurado y convertido en Hotel , (Hotel Nogueira?).
    Me alojé allí y fué muy agradable. Recuerdo una galería muy coqueta donde desayunaba.
    Creo que es el Hotel que sacas en la foto de hoy.

    ResponderEliminar
  2. Qué ilusión Fede! Como siempre enriqueciendo mi experiencia y ahora en particular ahora mi blog.
    Tienes razón en cuanto a la historia de Sara Braun. Ahora es una casa-museo dónde incluso se puede apreciar el inicio del microondas a base de leña. En el subsuelo tienes como novedad una excelente cervecería inglesa plagada de turistas que recorren la Patagonia y en especial las Torres del Paine.
    Un saludo doctor!

    ResponderEliminar
  3. Me encanta Adriana! muchas suerte para mañana, aunque no la necesitas.. ya que será un día inolvidable! :)

    ResponderEliminar